Yo se que puedo sobreponer mis dolencias
con el mismo esfuerzo que un colibrí hambriento.
Y armonizar mi abundancia de prudencia,
para no quedarme sin aire en el intento.
Recorrer río arriba el camino pedregoso,
teniendo como meta la cumbre escarpada.
Disfrutar del valle. Ardiente y feroz reposo
que nos regocija, unidos cara a cara
Buscar entre las olas tu cuerpo mojado.
Sucumbir en ti con el calor de mi cordura.
Llevarte hacia los confines de lo amado,
Y cubrirme con los umbrales de tu locura.
Te envolveré en fragancias que nos intimen.
Tu mundo será un hálito de energía nueva.
Brotaran risas desde lo más profundo
Y montaremos juntos la lujuria plena