¿Cuántos suspiros, cuantos no?
¿Cuántas pinturas derramadas?
millares de lágrimas secas,
esparcidas, entretejidas sin ti,
por ti, para ti...
Cuanto añoro hoy tu pincel y tu luz,
esos que embelesados despuntan
entre el oscuro rincón de la imaginación,
y se suspenden en el astil de tus recuerdos
para arrancar ese sublime momento
de nuestro último beso.