Querida cebolla morada,
¿Qué ha sido de tu vida y qué es ahora?
Dulce, rechoncha y azucarada,
se exprimió en tu piel de mora
una lágrima de esas que no acaban.
Vives en una cuchara
y en la sangre de una oliva,
escupes de lejos a la Mora Cantana.
Tan tierna tiemblas,
querida cebolla morada,
tan grande, tan redonda, tan suave
que entornas los ojos con destellos y algaradas,
abres tu alma, tú ya sabes,
sempiterna y acaramelada.
Mi amada cebolla morada.
tu cerebro hecho una esponja
a galenos del alma acudes,
por sus penas y condenas
y a escondidas tú caminas,
taciturna, cansada.
Una señora te desnuda
y con agua fresca rocía,
la suave envoltura de tu boca,
el brillo de tus ojos,
su profunda mirada.
Mi querida cebolla morada,
dame de tus carnes el rocío,
llena mi alma de la sangre
que emanan de tus flechas,
suaviza el rumor que me produce,
el color de tu piel
y el candor de tu alma.
El Anverso del verso©2025
Alfonso J Paredes