Ocaso invernal
La pradera y el follaje se entusiasman al sentir la primavera;
el tesón del río, casi seco, de llegar a su destino en el mar
Alimentándose de sus aguas profundas que regresan al manantial,
mientras en la playa las arenas sienten del calmo oleaje sus caricias
escuchando el canto melancólico del viento del invierno ocasional
Los geranios y las rosas se aprestan a exhalar su perfume y sus aromas,
mientras pasa la noche sin la luminosidad alumbrando la pradera
Entre la sofocante frialdad en la plenitud del ocaso invernal,
Crisálidas en sus capullos esperando la primavera para amar,
libando de las flores de color su miel, emanando sus delicias
En el lejano ocaso invernal un tibio sol que con timidez asoma