Cuando Neruda se emborracha con Bukowski
Esta noche, los versos no quieren dormirse,
se ahogan en vasos de ron y cenizas.
Neruda tropieza con un bar de mala muerte,
y Bukowski le invita la última risa.
\"Olvida, poeta, las rosas y el viento,
las cartas de amor ya no pagan la cuenta ni la renta\".
Neruda suspira y, con todo su acento,
le dice al borracho: \"El alma no miente\".
Se llenan las copas, se pierden los tiempos,
el humo dibuja caricias ajenas.
Bukowski se ríe con dientes sedientos,
Neruda le canta a su dama en la niebla.
\"Los perros no lloran, los hombres no aman,
las putas te besan si pagas primero\",
Bukowski declara, con furia en el alma.
Y el chileno responde: \"Pero yo aún la quiero\".
Y así, entre versos, botellas y ruinas,
con lirios marchitos y amores baratos,
se mezclan dos sombras en noches perdidas,
cantándole al mundo con sed y descaro.
¡Que viva el vino, la rabia y la herida!
¡Que ardan los versos… y que el mundo siga girando!