Comportamiento adecuado.
¿A qué edad, y en qué lugar? ¿Y quién lo dictamina?
¿Quién es el auto-nombrado guardián de dicha conducta en una sociedad libre y de adultos?
¿Hasta donde llega el libre albedrío, y la libertad de expresión?
Cuando era un joven de 23 años, arribé en el centro de Salt Lake City, Utah, la metrópolis de los Mormones.
Yo era un joven converso con 5 años de membresía. Me había divorciado con prejuicio extremo a mis 15 añitos, de los Católicos y de los Evangélicos, con quienes crecí a mi derredor.
Mis dos familias, de parte de padre y madre, pertenecían a cada una de ellas.
Me convertí al Mormonismo a mis 18 años, ellos presentaron en mi versión de joven de ese momento, la alternativa que yo buscaba, para escapar de la hipocresía de católicos y evangélicos.
Los Mormones podían bailar, de hecho, organizaban fiestas para los jóvenes de mi edad en la misma capilla.
No fumaban, ni tomaban, y guardaban su castidad, yo era virgen aún. Para un adolescente como yo, era la religión perfecta.
Cinco años después, cuando llegué a la meca de los Mormones, fui a visitar la capilla más cerca de mi casa en Salt Lake City, y en mi primer día de introducciones con todos los jóvenes de mi edad, había jóvenes de todo el mundo de habla Hispana, incluyendo Portugal y Brasil, a determinado momento nos tocó introducirnos uno por uno y decir algo de nuestra familia.
Estábamos en sillas y banquitos haciendo un círculo grande, como 20 jóvenes de los dos sexos.
Cuando llegó mi turno, mencioné que mi papá recientemente había fallecido, y que estaba Chochando cuando falleció.
En ese preciso momento un tremendo VERGAZO en mi cachete izquierdo, me derribó de mi silla y caí al suelo retorciéndome del dolor, hasta sordo quedé, escuchando un zumbido, logré ver que fue una chica gordita con tremendos brazos, quien a gritos me dijo: ¡Respete la casa del Señor!
Inmediatamente varias chicas me ayudaron a levantarme y le gritaban: ¡Idiota! No te das cuenta que en este grupo internacional, varios vocablos significan diferentes cosas para varios países.
Ella toda avergonzada, sin disculparse, salió huyendo del salón, nunca la vi de nuevo, tampoco supe porqué ella se ofendió tanto con la palabra Chochando, que en mi país significa estar anciano.
Esa fue mi introducción a la tolerancia religiosa. Y la templanza a ejercer ante determinadas situaciones.
Ahora no creo en nada, nadita de nada. No necesito de ningún dogma para ser un ser feliz en este mundo.
Aunque tengo memorias bellísimas de mi niñez, mientras fui miembro de alguna religión.
Simplemente no permití que me envenenaran la mente, de otra manera estaría buscando pleitos por todos lados con todo aquel que pensase diferente a mí.
En Junio pasado emigré de regreso a la tierra que me vio nacer, después de más de medio siglo de haber vivido en Estados Unidos.
Guatemala es mi tierra, pero me siento como extranjero, tengo que andar de puntillas tratando de no ofender las sensibilidades modernas, a la vez, ya sufrí dos derrames cerebrales, que me dejaron el habla arrastrando ciertas consonantes, lo cual me hace sonar como extranjero, y da motivo para que algunos acusadores me tilden de fingir mi acento para lucir que soy diferente, pero no.
Aquí estoy en mi tierra explorando todo lo nuevo y lo que ya conocía, afortunadamente, debido a mi jubilación y ciudadanía Gringa, puedo vivir un poco cómodo y libre de estreses normales para algunas personas locales.
Es un puerto en el Caribe, y a veces se me presentan oportunidades de hablar los otros idiomas que logro medio masticar, y no digo esto para que mis depredadores en este portal digan que me estoy llenando el hocico de jactancias. No, no tengo problemas diciendo la verdad.
Uno de mis hijos, el más joven maneja 4 idiomas también, él hizo una misión Mormona por más de 2 años en Brasil, estudió Francés durante todo su High School.
Es lo que es.
Me levanto muy tarde todos los días, siempre pasado mediodía, no como los tres tiempos, como unas dos veces al día, a veces solo una vez, muy poca carne, mucha fruta y verdura. No caliento mi comida, como directamente de la
refrigeradora.
No tengo ropa, ni zapatos de vestir, ni pantalones, solo pantalonetas de turista, y playeras.
No tengo ningún achaque típico de los hombres de mi edad, mi colesterol, presión sanguínea, y azúcar en la sangre, están todo bajo control.
Ando manejando mi Toyota Highlander gringo el cual mandé traer en un contenedor en trailer, ese modelo nunca llegó a Guatemala, afortunadamente los repuestos y piezas del Toyota Rav4 le encajan.
Soy un viejito verde, pícaro y feliz. Nada me avergüenza, nada me enoja.
No veo que la diabetes me vaya a matar, quizás un marido celoso, o un Cristiano desquiciado sí.
Les deseo a todos una linda vida.
De nuevo, no nos tomemos muy en serio... 😁😁😁
Cuidemos nuestra salud.
Gracias a todos quienes me desearon un cumpleaños feliz, por privado, mi muro, o por publicación.
Ciao.
Tommy Duque
Feb 28 2025
Puerto Barrios, Guatemala.
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