Tu rostro tan sereno
inspira tantas cosas
llenando el pensamiento
de musicales notas.
Tus ojos son luceros
de mágicas auroras
de donde fluyen versos
que por el alma bogan.
Poseen vino añejo
los labios de tu boca,
en donde habita el beso
que mis delirios borda;
¡tejiendo mis deseos
por tus perfectas formas!
Autor: Aníbal Rodríguez.