Imaginar, tanto como imaginar, jamás, me lo imaginé.
Ver para creer, era la frase que de mi abuela, escuché.
Ambas, madre y abuela, entonaban juntas, sus cuplés.
Ese contubernio, de las dos, lo hacían con frágil inglés.
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Estas cómplices olvidaban que, las crías, inglés sabían.
La viva abuela, olvidó su Credo: \'Niño bobo, no existe\'.
No se las puede inculpar, no percibían que, Ellos oían.
Si no hay penalidad, el mal comportamiento persiste.
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Ambas, solo rumiaban y, ninguna de las dos, algo haría.
Los castigos eran decretos en alta voz que, se morían.
De todo hacían gracia y pensaban que no, se las veía.
Solo gritaban amenazas que, en verdad, no cumplían.
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¡Quien ha tenido Mamá y Abuela, sabe el argumento.
La fuerte es Mamá, Ella tuvo castigo, en su momento!