Loresita

Un telón asombrado

Al caer la noche 

mis piernas yacerán

bajo un telón asombrado 

bajo el aplauso más mudo.

 

Habré recitado mi vida,

haré con mis cuerdas vocales 

una exquisita orquesta.

 

Voy a ahogar mi voz,

en un silencio absoluto;

ni el murmullo que fulmina 

ni el llanto de un infante 

podrán abrir mis ojos.