Divagando entre la distorsión,
saturado de multidiversa información,
agitado transita mi corazón,
impulsado por la emoción,
desesperado por encontrar la razón,
en medio de tanta interrogación,
eterno enigma para toda generación.
¡Cuán desgastada está mi alma!
pareciera agonizar,
pendulando entre recuerdos
comienzo a sollozar,
pues aunque deseo avanzar
solo logro rebobinar,
pues ha sido una lucha
entre luz y oscuridad.
Esclavizado por la pasión,
encadenado a la sensación,
deslumbrado por lo exterior,
seducido por el candor,
he ahí la desconexión
entre cuerpo, espíritu y razón,
eso es el combate interior.
Entre tanta confusión,
brota la oración,
esa que va más allá de la religión
y que al alma da vigor,
para vivir en el presente
pese a la desmesurada perturbación,
en un mundo cuya cosmovisión
pesa más, el placer que la razón.