Una flor en el suelo
Un muro de cristales
Rotos en el umbral de una portilla
La aldaba palpitaba con el viento
Eco de unos tacones esbeltos
Un rastro de labios callados
Vacilantes anhelan otros labios
Una huella olor a jazmín
Unos ojos dejaron caer estrellas en el corazón
Aventando sueños suspirados embelesados
O tal vez perdidos en el firmamento
Buscando el momento de la luz
Turbia luz inquisidora.