EDGARDO

Un canto de amor

Dunia de los Ángeles, mi alma en ti se baña,
en un océano de amor, donde el tiempo se empaña.
Eres la melodía que mi corazón acompaña,
un sueño eterno, donde el alma se apaña.
Tu voz, un susurro que el alma enciende,
guía mis pasos, donde el amor se extiende.
Eres la rosa que mi jardín defiende,
un amor eterno, que mi ser comprende.
Tus besos, dulces néctares de pasión,
encienden mi alma, con suave canción.
Eres la estrella, mi constelación,
un amor infinito, sin comparación.
En tus brazos, encuentro mi refugio fiel,
un paraíso de amor, donde el tiempo es miel.
Eres mi pasión, mi eterno pincel,
un amor sublime, que mi alma anhela ver.
Dunia de los Ángeles, mi amor por ti florece,
como un jardín hermoso, que jamás decrece.
Eres mi poesía, mi alma se estremece,
un amor eterno, que jamás perece.
Te amo con la fuerza del viento y el mar,
con la dulzura de un suave cantar.
Eres mi reina, mi eterno altar,
un amor sagrado, que jamás ha de acabar.