La memoria nunca muere
si la historia no se olvida
y si es fruto de la vida
mucho más valor adquiere.
¡Ay de aquel que no se entere
del valor de la memoria
si son huellas de la historia
que nos dieron ya sus frutos
con todos sus atributos
en dolosa trayectoria!
¡Y cuidado con la escoria
que sin más quiere borrarla!
Y la historia hay que contarla
si alimenta la memoria.
Siempre es ella promisoria
impidiendo se repitan
los errores que la habitan
si la sangre, no olvidamos,
si dolores, recordamos
y en el corazón palpitan.
Nunca niegues el pasado;
sin pasado, no hay presente,
de eso debe estar consciente,
hasta el último iletrado.
Si el pasado se ha olvidado,
ya vendrán nuevos dolores
con amargos sinsabores
porque el tiempo, es una noria,
si la tierra es giratoria
con su gama de colores…