José Luis Barrientos León

Tu alma y la mía (cuatro versos para el alma)

 

El día que mi espíritu se marche,

extinguiéndose mi vida, irremediablemente,

y la carne egoísta no sienta ni acaricie,

se encenderá una luz entre las brumas,

como oblación luminosa a lo que te amo.

 

Busque caminos apasionados para llegar a tu alma

escale los muros de la edad y del tiempo

abrí las puertas que cerraron, el pasado y el extravió,

para descubrir en tu mirada el gozo y la alegría,

cuando de dolor moría el alma mía,

la tuya fue latido y vida.

 

Antes de que tu alma reavivara la mía,

todo en mi era vacío y desolación,

todo era la nada,

y la nada me hacía nadie,

hasta que tu fuego me transformó en ceniza,

ceniza de amor y de esperanza.

 

El día que mi espíritu se marche,

caminaras junto a mi amada mía,

me mudarás a astro luminoso,

para estar junto a ti hasta que me alcances.