¡Vive!
Contemplando el alba,
por cada madrugada,
en que las rosas rojas
te dejan su fragancia.
Sintiéndote amada,
desplegando tus alas,
entonando la balada
que abre la mañana.
Escuchando sinfonías,
sonriendole a la vida,
sintiendo entre la brisa
la voz que te apacigua.
Siguiendo tus latidos,
que rugen como un río,
admirando los paisajes
que con las aves nacen.
Es tan profundo el cielo,
y tan perfecta el alma,
no dejes que la niebla
se lleve tus mañanas.
Andrea Chica