En sublimes y
alegres remenbranzas
tu imagen nunca, se
apartará de mi pensamiento
y siento la tibieza de tu cuerpo
que llena el alma mía
de dicha y de contento.
Aunque no quieras
escuchar mis ruegos
ni saber lo que mi
corazón por tí está
sufriendo, altivo y
sin importarte mi
dolor me hieres
pero yo...con toda
mi paciencia, te haré
entender, que estás equivocado.
Y aún asi con tus desdeños,
te buscaré donde te escondas
aunque sea en los océanos
que hayan mas profundos,
en las entrañas de los bosques
también te buscaré y en
las heladas ventiscas del
invierno, sin importar donde
te escondas, ahí te buscaré.