Por entre relámpagos
y rechinar de dientes
una maldita procesión
de proscritos y desplazados,
camina desconsolada
vertiendo mudas agonías
al seco y pedregoso río
de la decepción y el abandono.
Los estruendos de las bombas,
la lluvia corrosiva
y las balas ponzoñosas,
revolotean, como avispas asesinas,
en la memoria plomiza
que empapa la sangre derramada.
En el presente la tierra devastada,
en el futuro,
sobre un pedestal farsante y embustero,
la expropiación y el exilio
del suelo palestino.
JOSE ANTONIO GARCIA CALVO