Tu espontánea aparición…inesperada…
me llegó sin avisar,
sin ninguna invitación...
y sin carta de presentación,
inadvertida apareció…de sopetón,
y quizá por ello…. no lo puede asimilar,
y me obligue a reaccionar…sin siquiera imaginar …
lo que el destino anunciaba…
y estaba por disponer,
un insospechado final.
Con una sonrisa te bastó…
para ponerle jaque al corazón,
con una mortal mirada…mis sentidos vencidos…se aceptaron derrotados,
y consumido me sentía…ante la desalmada ironía…
con la que me envolvías…sin dar misericordia…ni un mínimo de piedad.
Y ahora mujer…
la rumba de tus caderas…
con su meneo delirante…
me incendiaron… con su balanceo ardiente,
tu erotismo feroz…provocando mi excitación desbordante,
y mi descontrol en impudicia,
tú y toda tú delicia…
ubicándole a mi cordura…
a un paso de la locura.
Mi razón sin límite ni precaución…
entregado a la tentación…
de tu exuberante complacencia en plena manifestación,
mi sumisión por ti…a merced de tu provocación.
Dime tú mujer…como lo podríamos resolver,
si al cruzar la línea de lo prohibido…
el pecado ya no tiene perdón…por más arrepentido que parezca…
por más penitencia que ofrezca.
Tu y yo condenados…por haber sido tentados…
con fogoso erotismo…
y el fuego de la seducción…
en ese momento de arrebato…
que no tuvo remordimiento…ni reflexión,
y solo se dejó llevar…por el impulso de la pasión.