Soy un martirio olvidado,
Un milagro convertido en pecado.
Soy un desencanto para el mundo y para mi inframundo,
Soy una vela prendida en luto.
Mi mente,una máquina que ni el mejor técnico podría arreglar
Grito y grito para mis pensamientos poder espantar.
Mis impulsos se alimentan de mi llanto,
La muerte se convierte en mi manto.
Desde las profundidades del océano divisó somnolienta a mis semejantes,
Festejan sus hazañas en un vacío semblante.
Y en el océano me quedaré,
Hasta ahogarme y a la muerte ver.