Allen Andree

TORBELLINO

Pienso en el primer alimento

en todos los metafísicos que me embargaron

en cómo perdí la calma contra mí mismo

en cómo cerré las puertas entre gritos y silencios

 

Bendito sea Dios que existe la melancolía

bendito sea porque puedo ver mis pasos 

las paredes con espuma y coágulos de bilis

las  pinturas sordas por tanta indiferencia

 

Qué es esta condición de hombre que añora y añora

qué estas líneas de las manos que no pueden reflejar todas las caídas

qué este presente que quiere abarcarlo todo y se figura como un cirio

dónde está la sensación de protección que ahora contra mí niego

 

Aniliquilador de ternura

ciego sin reloj y sin medida del tiempo

necio y testarudo

adolorido y sin buenos recuerdos

quizás solo se trate de un consuelo

un pequeño y cálido consuelo