No quiero ser yo quien tenga que pedir las flores, ni quien ruegue por tus palabras, ni quien mendigue un instante de tu tiempo.
No quiero suplicarle a tu alma que me abrace en tus versos, que me nombre en cada pensamiento.
No quiero pedir cariƱo, porque el amor no se mendiga, porque si tengo que pedirlo, tal vez no sea del todo mio.