José Antonio Artés

LOS CAMINOS DE NUESTRA VIDA

Caminamos, sin saber
si el sendero elegido
es el que nos da la paz
o el que nos deja heridos.

En la senda de la vida,
la mano que guía es incierta,
y el control, ese anhelo,
es más sombra que certeza.

Hay días en que creemos
que todo está bajo control,
que la mente manda al cuerpo,
que el deseo se alza al sol.
Pero el viento, sin querer,
saca a la luz lo oculto,
y la vida, con su juego,
nos recuerda lo profundo.

La disciplina es un río
que se vuelve mar de angustia,
si se ahoga en sus aguas,
si no deja que la espuma
se disuelva en el silencio.
Porque el exceso de control
es ya una prisión callada,
y el alma, que era libre,
se ve atada a su propia espada.

No hay camino recto,
ni vida trazada,
cada uno elige su huella
en la senda marcada.
El destino, que es incierto,
no es ajeno a la mano,
y el control, en sus límites,
es solo un sueño vano.

No se puede imponer la carga
de otro corazón,
pues cada cual, en su alma,
lleva su propia canción.

Que cada uno ilumine su vida
con las luces que elige,
con los hábitos que le den paz
y los que su alma exige.

José Antonio Artés