Convertiré mi ira en poesía
y pasaré a la historia
como el Mesías
transmutaré el sinsentido en ironía
quedaréis escritos
como la estirpe
tejedora de herejías
machacaré versos malditos
les sacaré de dentro
la porquería
convertiréis mi cuerpo en homilía
y así se cumplirá la profecía
atacaré vuestros recuerdos
robaré vuestros deseos
succionaré dignidades
terminaréis
por rendirme pleitesía
convertiré mi ira en poesía
y escupiré en vuestros ojos
el aliento venenoso de la Hidra
arrancaré vuestras lenguas
si es preciso
os quedaréis
ansiosos de delirio
transformaré vuestro llanto
en sangre maldita
y vuestras súplicas
en mariconería
os privaré de palabras
me rogaréis sin plegarias
os dejaré mudos
incapaces de artimañas.