Matías, ¿qué es eso? ¿Dudar de tu esencia?
Si llevas la furia de un dios en la ciencia,
si tienes el alma tejida en acero,
si en vez de veneno, destilas sendero.
Te juran pequeño, te creen de papel,
mas veo en tu pecho relámpagos fiel.
Si tiemblas, es solo el rugir de tu brío,
si caes, te alzas cual ave en su estío.
Te dicen que el mundo te puede vencer,
que un soplo te quiebra, que es fácil ceder.
¿Acaso no sientes la fuerza en tu entraña?
¿No ves que tu mente las nubes engaña?
Si callas, no es miedo, es fuego que acecha,
si dudas, no es flaqueza, es lanza derecha.
Tu brazo es de mármol, tu verbo es puñal,
tu pecho es el bronce que rompe el umbral.
Así que despierta, sacúdete el polvo,
despliega las alas, revienta el estorbo.
Que sepan quién eres, que ardan de espanto,
¡Matías, levanta tu puño y tu canto!
Para mi hijo Matías.