Heme aquĆ
Heme aquĆ, derrotado en mi pena,
buscando placeres que calmen mi herida,
besos sin alma, caricias sin vida,
labios que rozan, pero el fuego no suena,
silencios que escapan de toda alborada,
huellas borradas en sombra olvidada...
Heme aquĆ, con tristeza en el pecho,
buscƔndote en cuerpos que son un reflejo,
un molde imposible, un sueƱo maltrecho,
perdiƩndote siempre en un vano entrecejo,
rostros vacĆos que nunca han nacido,
y en su abandono me siento perdido...
Heme aquĆ, naufragando en lo incierto,
ahogado en escombros de un viejo suspiro,
gastando mis noches en llamas de olvido,
mendigando sombras de un sueƱo desierto,
y en esta espera, sin fin ni sentido,
muero en la estela de un tiempo extinguido...
Heme aquĆā¦
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Mejor Muerto Que Perder La Elegancia
LlƩvese bien con la gente, me dicen,
aunque el mundo lo encorve por su peso,
fingiendo sonrisas de buena calaƱa
y un gesto cordial de buena fachada.
Domine el arte de hablar sin hablar,
de asentir mientras piensa en matarlos,
de aplaudir idiotas con gran convicciĆ³n
y, en su mente, ya haberlos enterrado.
Aprenda a escuchar tonterĆas con clase,
sin que ese tic lo delate en la escena,
practique el \"quĆ© bien\" y el \"claro que sĆ\",
aunque muy dentro su fe se condene.
Y si un dĆa la cuerda moral estalla,
y su mƔscara empieza a ceder,
respire profundo, fije la mirada
y elija con quiƩn desquitarse.
Porque, al fin y al cabo, la guerra es inĆŗtil,
no hay rostros en la hipocresĆa,
y el arte supremo de la diplomacia
es reĆrseā¦ con filosofĆa.
Aunque quiera torcerles el pescuezo
como a una gallina,
respire y cuente hasta diezā¦
sin perder el control,
porque nadie tiene el poder
de arrastrarlo a su nivelā¦
Porque mejor muerto que perder la elegancia.
NOTA DEL AUTOR:
\"\"Y ese tic en mi ojo derecho, preĆ”mbulo de mi enojo, delata mi intento fallido de disimularlo. Quisiera pasar desapercibido, pero mi pacienciaāmi gran y devota pacienciaāha explotado al punto de mandarlos a la chingada.\"\"š