«Estoy tan confundido que
ya no sé si soy de los nuestros».
(Julius Henry Marx, más conocido como \"Groucho Marx\")
Me daré tumbos por las paredes
buscando tu voz aterciopelada,
que en una habitación quedó encerrada
donde mi intimidad te escuchaba atentamente.
Llegué del trabajo para escucharte,
sorteando los coches y los trenes
y subiré por los cristales y sus paredes,
para poder cantarte y llorarte.
Siento que te hayas ido de repente
quedándonos huérfanos de tu presencia,
escucharé tus baladas en tu ausencia
y canturrearé imaginándote de frente.
Un hombre gimotea en el parque
se ha enterado de tu terrible muerte,
se tapa su rostro eternamente
y mirará tu retrato para llorarte.
Volverán los sonidos y tus canciones,
esos que te llevaste a otra parte,
escalaré con mis labios para cantarte,
desenterrando tus poemas y emociones.
Te soñaré cantando en la alameda,
con esa dulce voz desencarnada,
una canción para una enamorada
y recitaré tus poemas como pueda.
Tantas veces nos dijiste
que «antes de hacerlo
teníamos que pensarlo muy bien».
Suspiro por mi ventana para encontrar
ese rato que fuiste vecino de este mundo,
pero el corazón de este poeta vagabundo
ya no coincide contigo para cantar.
Tantas veces buscando, sin descanso, la felicidad,
tantos sueños guardados, esperando,
cómo tus ojos se quedan mirando
y con cierta ternura verte cantar.
Me veo andando por las aceras con cierta distancia,
de escaparate en escaparate, escudriñando tu cara
y con miradas furtivas, viendo a la nada,
con el corazón encogido y un poco de sinceridad.
Tu breve espacio se ensancha sin tu presencia,
llenando el aire que respiro con mi soledad
y solo me queda escucharte en la intimidad,
de ese corazón herido por tu ausencia.
Poem & Rhápsody ©2022
Elegía
La fina piel de la cáscara
Alfonso J Paredes