Vivo la vida como una sorpresa,
que me arrastra sin tregua,
y cada paso es un verso
de una poesía ya impresa.
Me muevo en la bruma
de engranajes asumibles,
marionetas de un teatro
de obras que son creíbles..
Pero en medio del torrente
hay una señal, un parpadeo,
una chispa de conciencia
que desafía mi mente.
No elijo la corriente
ni la forma del cariño,
pero sí cómo me enfrento,
al pulso de corazones distintos.
Si al caer al fondo oscuro
soy una roca o soy agua,
si en la tormenta hay un muro
que me sirve de paraguas.
Comparando entre sueños,
un espejismo engañoso,
que algunas veces, en la sombra,
te seduce como un galán amoroso.
José Antonio Artés