¡Oh!,
Caderas oscuras,
moviendolas al six sax del reloj
en esa sábana,
con esa mirada roja
al prisión de tus manos,
prisión que ahora es tu condena,
en las crónicas,
del buen amante pero defectuoso.
Defectuoso a la máxima
con señas de mal juez,
de victorias secas, en ceño fruncido a tú mala gana que nadie sigue tus huellas sucias.
Que ahora se burla
de tu misma esencia,
pagando una condena,
tanto tuya, tanto de ella,
tanto de la tierra nacida
en un seno base llamado familia.
Dvflor .