Omar Flores

Ira

¿Qué hace falta para aprender a vivir sin sentir esta constante desesperación? Por explotar lo que llevo dentro de mí, por hacer que la rabia de furia espante hasta mi propio ser.

 

Vivo entre el filo de la contención y el grito, entre la necesidad de destruir y el miedo de hacerlo.

 

Es un pulso interno, un choque entre lo que quiero y lo que temo.

 

Tal vez la respuesta no está en callar lo que llevo dentro, sino en dejar que truene sin arrancarme la piel.

 

entender que la furia no tiene que ser un castigo, sino un testimonio de que sigo sintiendo aún con filo y remordimiento entre amenazas intolerables.

 

¿Cómo vivir sin ser un incendio esperando propagarse? Sin que cada día se convierta en la antesala de una explosión que no sé si podré contener.

 

La rabia es mía, pero no soy de ella