Para….Aída.
Ven… te necesito
aquí en la esquina donde mi pie deja su huella
a la orilla del tálamo escondido
donde estoy a la espera de tu sombra.
Ven
igual que llega el calor en primavera
deja un momento postrarme ante tus pies
y olfatear el aroma de tu esencia.
Ven y acompáñame
al oscuro rincón donde el silencio
se corrompa con mi beso
y con tu voz.
Ven…
Tú eres el café por la mañana
que calienta sigiloso mis entrañas.
Ven te necesito
desde el despuntar del alba
hasta el último minuto
en que me duermo.