El viento puede llevarte lejos,
las olas pueden empujarte a la orilla,
pero solo un puente
te devuelve a tu refugio.
Un pez de agua dulce,
soñó con el mar,
la distancia le fascinaba,
pero el océano no era su habitación,
era su camino sin regreso,
se dejo llevar por la inmensidad
sin saber que su viaje,
sería el ultimo.
Un abismo se cierra,
cuando las preguntas
encuentran respuestas.
La inmensidad es más pequeña.
¿Cuántas veces has buscado
lo inmenso, lo desconocido,
sin comprender que el puente
que te lleva a casa,
es la vertiente de tu alma?
El puente no existe
solo para cruzar el vacío.
No se construyen con piedras,
sino con la voluntad
de los ríos amarrados al mar.
Así se construye con la voluntad
del consentimiento,
de que el viaje no consiste solo en ir,
sino en saber regresar.