• 匚armina ex ore ㄥupi •

Lo nuestro fue...


Fue sombra, fue fulgor, fue desvarío,
fue luz de aurora, bruma del poniente,
fue un sueño ardiente, un mar embravecido,
un beso eterno, un náufragio penitente.

Sus ojos verdes, sirios en el cielo,
sus labios antes míos que hoy extraño,
su piel de nácar puro, fue mi anhelo,
su voz, suspiro dulce me ha dejado.

Mas todo cuanto el alma celebraba,
trocóse en un abismo de tormento,
pues cuanto amor mi pecho le entregaba,
tornóse en lanza cruel del sufrimiento.

Mis versos fueron llanto en su desvelo,
mis letras, vagas sombras de mi pena,
mis halagos, testigos de un anhelo,
que halló su fin en tan dura condena.

Las horas se volvieron un tormento,
los años, una muerte prolongada,
y nuestro amor, vencido por el tiempo,
murió sin voz, sin luz… sin alborada.

¿Qué injusta ley al hombre ha condenado
a amar con sangre y con la sangre arder?
Si el mismo cielo unió nuestro pecado,
¿por qué la tierra lo ha de aborrecer?