LORENZO ARATU

Aquello que hay detrás

¿Por qué sucederá que los recuerdos

no ha todos les generan

las mismas emociones?

¿Será porque la vida, cual apuesta,

con nuestras elecciones, sentimientos,

(con todo) siempre juega?

 

Quizás quiere probar nuestro albedrío

y es esa su manera.

 

Avanza pues la vida...

Conforme se desplazan las escenas,

elige cada quien esos fragmentos

que siente con más fuerza.

Ocurre que, de forma involuntaria

los guarda, los encierra.

 

Por eso, los momentos, los lugares

y las cosas, no a todos les recrean

las mismas añoranzas,

ni el mismo sentimiento se refleja.

 

Y pasa con las cosas... (que, no importa

si mil veces las miras y volteas)

tú sólo logras ver lo que es visible,

lo que a tus ojos llega.

No puedes percibir el simbolismo

que algunos les impregnan...

y, cuando se le invoca,

en forma de recuerdo se presenta.

 

Entonces... esta noche...

(con esta soledad que, se me aferra)

confieso que me encuentro

con el alma sensible y predispuesta.

 

Me pongo a revisar

tratando de forzar a que aparezcan,

buscando hasta en los sitios no creíbles,

(detrás de aquellos trastos y botellas…)

trocitos de recuerdos que, se esconden;

ahora, con frecuencia, se me alejan.

 

A veces vienen solos...

(asoman de improviso tras la puerta)

aquellos que dejaron en el alma

sus marcas, como muescas.

 

Aquellos de la infancia, tan lejanos,

que siempre, siempre llegan

cargados de añoranzas. (Esas tardes

andando bajo el sol, en bicicleta…)

 

Ahora, sin embargo…

recuerdos más recientes me regresan.

(De cuando me encontraba

juguetes al subir por la escalera).

 

 Y creo... que, en su afán de no extinguirse

se cuelan (los recuerdos) por las grietas

del alma; manipulan, nos inducen...

y vínculos extraños nos generan.

 

Por eso... cuando escucho

el grifo que gotea...

invaden (infalibles) mi nostalgia,

las risas y el patito en la bañera...