Carta
Te escribo hoy que me confundo en lo azul de la soledad.
Te escribo, tú que llegaste a mí en la grieta salvajes de los abecedarios mágicos.
Ahí
donde la luz ya no tiene dueño, ahí por donde se cruzan los trenes de cristal.
Ahí donde se baila un vals antiguo y las hadas hacen del humo un misterio.
Ahí donde las fuentes guardan su secreto, te retratan, me retratan.
Recuerdo el silencio antes de nuestro encuentro,
ese instante cuando el polvo se hizo sombra,
y nuestras voces, aún no pronunciadas,
se deslizaban por el filo de lo perdido.
Te escribo en la lengua que nos divide,
en la oscuridad que une lo lejano,
como si al hacerlo pudiera tocar tu dulce presencia.
Y si en la distancia las palabras no te llegan a rozar, te pido alma mía que
si los besos son palabras que se envían por escrito,
Te lo ruego alma mía...léeme con los labios.
Te escribo,
como si la memoria aún pudiera
reconocer lo que fuimos,
como si al hacerlo,
la muerte no nos arrancara al abismo de lo imposible.
Te escribo como quizás nunca lo he hecho y déjame encontrar el camino que conduce a las estrellas, déjame que yo también baile en tus pensamientos.
Hazme un lugar en tus urgencias, en tus audacias y en tu confianza, yo me haré discreta, silenciosa.
Un lugar hic et nuc, porque el tiempo pasa con pasos de gigante.
Te escribo…
P.SABAG@Swisscopyrigtht