Parece florecer junto a las flores,
aquel amor que sin razón languidecía
más por obra y gracia de aquella poesía,
nos convirtió a los dos en nuevos soñadores.
Queríamos amarnos hasta llegar el día
donde solo la muerte pudiera separarnos,
quizás ella no se detenga a preguntarnos
aquello que alguno de nosotros pretendía.
Soñábamos con un amor casi perfecto,
con la ilusión que era pasión que no cesaba,
que con la fuerza de un ciclón nos empujaba
hacia un destino que sería el predilecto.
Pudiera ser la inspiración de aquel poema,
la causa y el motivo que hiciera sopesarlo,
sucedió súbitamente sin pensarlo
donde vimos la luz y se acabó el problema.
Classman