El Corbán

CENIZAS QUE RENACEN

Sombra que gime con labios cerrados,

esquirla de un tiempo de hiel y candados.

Un eco de ayeres me arrastra y me muerde,

sus garras de sombra me buscan, me muelen.

 

El pasado acecha, me viste de duelo,

me canta a lo lejos su fúnebre anhelo.

Podría escaparme, borrar su memoria,

cubrir con mentiras la ruina y la historia.

 

Podría ser ciego, negarlo sin pena,

creer que mi herida no dejó condena.

Mas huye el que teme el filo que hiere,

y solo el valiente del golpe se vierte.

 

Que el peso del tiempo no arrugue mi frente,

que al fuego del miedo no arda demente.

Si quiero ser grande, si quiero ser fuerte,

tendré que abrazarme, sin miedo a mi suerte.

 

Por eso me miro, por eso me enfrento,

no temo el pasado, lo llevo en mi aliento.

Ser ruina o ser cumbre, ser llanto o ser canto…

¡quien huye del duelo se ahoga en su llanto!