EL QUETZAL EN VUELO

AMOR QUE NACIO EN EL SILENCIO

Era una tarde triste. La tinta seca y el pensamiento echado como un perro en el regazo del dolor. Quise salir a la tarde a ventilar la tristeza de mis letras, pero no había algo que animara mi espíritu gris. Era el infierno gélido de fin de semana, cuando está ahí, pero sus letras, no se asoman y cuando lo hacen, no pasan a saludar por las ventanas de mi alma.

 

 

Mis ojos un océano. Mi cerebro un Collage de recuerdos. Mi silencio un llanto doble, por. Ella y por esta tarde. de un triste poema que no existe. Quisiera sentir menos, abrir mi pecho y buscar mi alma, vestirla de fiesta como cuando ella viene a mí. Tomar mi guitarra, cantar canciones alegres, enamoradas, Boleros de ella y míos. Liberar el sentimiento en cada una.

 

 

Es insólito lo fugas de la letra, las variadas interpretaciones de un verso. La forma como se   aleja un sentimiento y hasta puede enjaular un quetzal y hacerlo gemir con dolor al corazón; tristezas desconocidas y sin remitente. Esta pasión es solo mía y nació en silencio, por un verso que una mañana cualquiera. Impacto mi cotidianidad como bomba de contacto.

 

 

Cuando acostumbras a beber poemas de una sola marca, te vas habituando a los altibajos del alma de quien escribe y se corre el riesgo de caer en un trastorno de personalidad dependiente. Creo que por eso la tristeza y el desahogo de un secreto, de este amor en silencio, que nadie conoce y que se asemeja mucho a una sombra en la noche oscura.

 

 

El sentarme, en mi escritorio a leer poesía, es como visitar a mi psicoanalista, pero al revés, desnudando al consciente, para traer al inconsciente aquello qué seca mi tinta esta tarde y profundizar en mi sentir y aligerar el dolor y el sentimiento de soledad, para iniciar la logoterapia buscando sentido, a las sombras de la noche oscura de este amor silencioso.

 

 

LENNOX

EL QUETZAL EN VUELO