Te busco en las sombras de un verso perdido,
en el eco callado de un sueño escondido.
Eres luz que desarma la oscura tormenta,
un latido en el aire que nunca se ausenta.
Tu risa es un río que juega en mi orilla,
tu voz, la caricia que el alma cosquilla.
Eres brisa y hoguera, susurro y estruendo,
la historia que escribo, pero nunca comprendo.
Si el tiempo nos cambia, si el mundo nos quiebra,
serás mi poema que nunca se altera.
Porque aunque el amor sea un barco en el viento,
mi pluma te guarda… en
cada momento.