pasaba

Genista

Seré el amarillo de la genista, página

blanca, donde los poemas yacen

desordenados en las  bibliotecas.  

Espejo y río, un país sin sueños,  donde

el rocío de una mañana pálida se pierde,  

cielo inmóvil huyendo del ruido.  

Seré el regreso del verano,  y también el

de una tarde fría,  calisia remens que en

escasa tierra se aferra a la vida.  

Léeme, colórame, maquilla la ausencia

de verde,  y abre el vientre del mar lleno

de soles,  occidentes y orientes

fusionándose en el vacío.  

Puntas y puentes en palabras salitres,  

lazos y nudos de un corazón que

acaricia la sombra,  hierbas poblando el

mortal silencio.

P SABAG