Raiza N. Jiménez E.

Habladurías.-

Habladurías.-

En esa vida, todo era paz y eco pueblerino.

Nadie perturbaba aquella bucólica usanza.

Un nimio ruido, era visto mal por el vecino.

Hoy, hubo ecos, al ver la niña con la panza.

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Unos veían serios, otros detrás del paredón.

¿Y, qué pasó, la hija de Paco, era solo una niña?

Dejen ya el chisme, es mujer y el otro varón.

Qué nadie se apure, dicen que, ingirió, piña.

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Pobre comadre, tanto que cuidaba a la nena.

No lancen ese chisme, quizás es otra, la cosa.

Quién lo diría, en este pueblo, todo da pena.

Cómo no discutirlo, si la niña es tan hermosa.

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¡Dicen unos cuantos que, del pueblo, llega el rumor.

Verdad o no, se nos impone acallarlo, por su honor!