Laura del Mar
El sol nos iluminaba con su fulgor
mientras el mar nos cubría con su manto infinito,
y con cada ola que nos rozaba
se creaba un amor bonito.
El mar, con su inmensidad y su calma
fue aliado de nuestro idilio,
y bajo sus aguas profundas
se concibió mi esperanza y mi refugio.
Cada vez que el sol se alza radiante
mi alma se pierde en su resplandor,
porque allí, entre el mar y su reflejo
nació una de las vidas que de amor me inundó.
Laura Meyer