Con los pies colgando entre las estrellas,
nos sentamos al borde del mundo,
¿no habiamos recorrido este camino antes?
esto me hizo perder mis ojos.
tus dedos dibujaron las constelaciones
de un cielo que nunca olvidara.
y la luna,
con su redonda forma,
un conejo en ella puedo hallar,
comprendo que ya jamás podre olvidar su imagen,
como si siempre hubiese estado esperando a que lo viéramos tu y yo.
Si alzas las manos y cierras los ojos,
podrás tocar la eternidad,
porque en este instante suspendidos
ya somos parte del cielo.