He venido a enterrar en el mismo silencio
lo que mi memoria no ha podido olvidar,
lo que conmigo no fue envejeciendo
lo que no era como yo, un simple mortal.
Traje para que murieran al fin mis versos
y a mi destino para que se pudiera liberar,
traje al corazón que de a poco va muriendo
y a la lágrima que solo pretende volver a llorar.
Traje a mi voz para que se la lleve el viento
y en él su nombre para poderlo callar,
a mi alma para que todo el sentimiento
sea como un ave y eche solamente a volar.
Traje a toda mi humanidad en el tiempo
con la pena misma que no me deja de abrazar,
a la tristeza que va aniquilando a todo mi cuerpo
¡Y a la cruz de mi vida que me hace tanto mal!