Enjugo mis labios pensando en sus besos
y siento que quiero besarle la boca
rozando sus labios cual lluvia y sus gotas,
que caen del cielo bañando su cuerpo.
Enciende la llama que aviva mi fuego
y quiero besarle sus labios de rosas;
sentir que sus brazos muy tibios me arropan
y me hacen volar con ella hasta el cielo.
Qué bellos los sueños que habitan el alma;
qué largo el sendero, qué largo el camino,
si nunca la encuentro, si no está conmigo
y solo en silencio la escucho que clama
¡que vaya con ella! Con mucha esperanza
en mis soledades… ¡yo siento un alivio!