No es posible padecer tu tortura,
tal castigo resistir día a día,
sin piedad, asesina en mi ucronía
y sin besos, que pide la cordura.
No es posible vivir tu desmesura,
y morir por tu voz, la voz de arpía,
el sentir el dolor de pena umbría,
mientras tú me asesinas con locura.
Pero no te daré fácil ventaja,
no seré quién a ti yo me someta,
no tendrás una fe bajo mortaja,
serás tú, vil Memoria con vendetta,
quién se quede olvidada en negra caja,
serás tú, vil Memoria marioneta.
Jhet