Salvaje Estrella
Mi amada de cabellera de madreselva y fuego,
de dedos de alba y de distancia,
de boca que guarda secretos
y promesas entre su pecho.
Mi amada de caderas de mar y viento,
de cuello de cristal y plomo,
de ojos que llenan el cielo,
como canto de Nochebuena.
Mi amada de lengua de viento,
que enciende las estrellas,
palabras que saben a sal marina
y a incienso infinito.
Mi amada de pies que pisan el tiempo,
de espaldas que abrazan la eternidad,
de manos que tejen alboroto
y dibujan raíles sobre la arena.
Mi amada de sombras que se alargan,
de heridas abiertas al andar descalza,
de caricias que son furia y calma,
y en el mismo instante:
ella, salvaje estrella,
es amor y fragilidad
en su guerra y su trono.