Tomo la mano de tu cuerpo absorto
En el abismo de colores escondido
Tras las curvas impredecibles, cielo roto
Donde los azules se transforman en carmines
No es necesario, querida, que camines
Hacia el horizonte que te llama y estás atenta
Impaciente y temblando espero a que termines
¿No ves que juega contigo la anochecida esfera?
Mas mis ruegos tus negros arcos que suavicen
Satisfechos, juguetones, tiritando blanca estela.
¿Para qué me hace falta a mí el cielo?
Si lo absorbes todo en tus lumbreras cálidas
Y me baña tu luz y me chamusca la pestaña
El alto sigue oscuro y te mira en pos de duelo
Los cometas a lo lejos ofrecen su luz escuálida
No me basta, si te suelto estaré perdido en la mañana