Merche Bou Ibáñez

«Se elogia en público y se corrige en privado.»

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«Se elogia en público y se corrige en privado.»
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Esta frase tiene más peligro que caer de culo en un nido de víboras, pero mucho más, así lo dijera Benedetti o San Bartolo el de la flauta.
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Por no herir susceptibilidades y por creer en falsas reglas, se suele comentar casi siempre favorablemente aunque se perciban fallos.
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Esta frase; «Se elogia en público y se corrige en privado.» que muchos llaman la regla de oro, es la culpable del retraso de muchos colectivos, tan solo la consideran regla de oro aquellos tan susceptibles que tienen la piel muy fina, por eso muchos usuarios se limitan a decir, bueno, bonito, me gustó, por no decir la verdad y \"herir\" esas pieles tan finas.
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La parte positiva de amonestar en público.
Una de las ventajas de censurar una conducta en público es que el resto del equipo APRENDE.
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En estos tiempos en los que la información es poder, difícilmente un equipo podrá evolucionar si los errores de uno de sus miembros no se dan a conocer.
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Si la información no circula, si esos errores no se trasmiten, en el futuro se pueden volver a cometer por otros miembros del equipo.
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Por otro lado, hablarlo abiertamente fomenta la capacidad del equipo para gestionarse entre sí.
Nada se oculta, todo se comparte, y al mismo tiempo, se envía un mensaje a todos de que a la hora de rendir cuentas, ésta se hace ante el equipo, no exclusivamente ante el jefe.

Hoy día, que todos somos eslabones dentro de una larga cadena y un error mío perjudica a otros, no hay razón para que un equipo no pueda hablar sin reservas de todo lo que le afecta.
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Corrigiendo públicamente el corregido al verse pillado pone mucho más interés en no volver a cometer ese error ni otros, por miedo a verse recriminado otra vez, así como quienes lean, procuraran no cometer el mismo error.

Experiencias propias me enseñaron que niños corregidos en privado, terminaban siendo unos verdaderos caraduras, perdían el miedo al ver que de sus \"errores\" no se enteraba nadie, tan solo el profesor o en su caso los padres y terminaban por perder el respeto tanto a uno como a otros.
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De siempre se dijo; El miedo guarda la viña. Y con un poco de miedo a que nos afrenten en público nos esmeramos en hacer las cosas un poco mejor o por lo menos a informarnos bien sobre lo que estamos haciendo y como lo hacemos y a no volver a cometer el mismo error.
Un ejemplo concreto está en los haiku que se publican en este portal, a verdaderos bodrios se les dice que son perfectos haiku, se hace mucho daño con eso, ya que se juntan dos ignorancias, la de quien comenta sin saber que es un haiku y la de quien lo hace sin documentarse antes de como es un verdadero haiku. Como este miles de ejemplos más.
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Por eso al corregirse en público, tan solo por amor propio y no volverse a ver afrentados se luchará más por hacer las cosas mejor.
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Tan solo los pusilánimes y los egos endiosados no valoran lo de corregir en público.
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Pero en fin, el pensamiento es libre.
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A quien Dios se la de, San Pedro se la bendiga.

-Visto en la red-