Jorge L Amarillo

Se apagan las estrellas

Una a una se van apagando las estrellas

con la prisa del tiempo, la noche va pasando.

Aún estoy despierto, amparado en mi tristeza

y en el miedo que dentro de mí yo estoy ocultando.

 

La luna se fue y no me trajo cosas nuevas

ni hubo sueños en la noche para ser soñados.

Aquí viendo a mi sombra jugando entre tinieblas

con la memoria empujándome a ver de nuevo el pasado.

 

Estoy pasando el límite de mis propias fronteras

abrazando emociones que antes yo no había abrazado.

Van naciendo en mí las lágrimas más verdaderas

donde todo está oscuro y nada está verdaderamente claro.

 

Todo es imprevisto en este tiempo en que a nadie espera

donde mis secretos aún no han sido revelados.

No hay nadie a mi alrededor, nadie de mi cerca

ni hay sentimientos para que yo solo siga amando...

 

Mi destino entró en un camino de duras piedras

de silencios que nunca fueron tan callados.

Todo incide en mi alma y en mi débil presencia

en los dolores que entonces fueron devorados.

 

La noche pasó y me trajo solo una advertencia

de saberme frágil porque yo nunca he olvidado.

Esta noche, al pasar, marco en mí la diferencia

donde, al pasar la vida, me fue haciendo su esclavo...