Me carcome la incertidumbre por esperarte,
por no obtener respuestas ni señales.
Siento un dolor en mi mente otra vez,
solo porque no puedo controlar mi corazón, lo sé.
Fue maravilloso todos los actos,
y me quedo sorprendido por todo lo grato,
pero me sigue consumiendo la espera,
que no tiene luces ni velas
para alumbrar alguna señal y dulce paz.
Mi garganta y pecho se cierran,
las lágrimas salen sin cesar,
todo sin una razón aparente,
pero con un profundo significado detrás.
Aunque no estés, yo estoy aquí,
esperando con ansias y tranquilidad oculta,
desvaneciéndome en mi imaginación de estar en tus brazos
y poder escuchar una simple palabra tuya una vez más.